Es cualo? Es tiburón.
Queridos todos. Desde aquí, desde este blog, os digo que he nadado con un tiburón. Mejor dicho, un tiburón ha nadado conmigo.
Resulta que ayer tenia planificada una visita a la isla vecina a Matamanoa llamada Tabua. Me levanto por la mañana, a las 6am. Veo la puesta de sol maravillosa que el dia decide obsequiarme. Hago unas fotos del Sunrise, que no es que el sol sonría, sino que es el amanecer. Con mi nueva mamá kiwi hemos entrado en competencia para ver quien hace la foto más bonita. Es muy divertido.
Tabua es una isla donde los fijianos viven en su estado normal. Es decir, que donde estamos nosotros es un resort artificial. Vamos a ver sus costumbres, como viven en sus casas, los niños en la escuela, etc. Tienen una cocina muy grande. Es decir, fuera de la casa. Las mujeres parecen muy felices cocinando al aire libre bajo la sombra de un árbol. De repente me ha parecido de lo más natural que así sea. No se que hacemos nosotros cocinando en unos pocos metros cuadrados. No necesitan campana extractora. Y no les huele la casa a comida. Nos enseñan como hacen su propia alfareria con un método de cocción muy original. Nos ofrecen te y pastas. Montan la parada de artesanía para vender, bajo un enorme árbol que les da sombra, mientras nosotros observamos como, de forma parsimoniosa, ponen el manel en el suelo y, muuuuuuuuuyyyyyy deeeesssspppaaaaacccciiiiiiiioooooooo ponen la artesania sobre las mantas. Eso si muy bien puesta. Una media hora viendo esto. Los occidentales nos lo flipamos y yo me parto de risa viendo el ritmo en el que van poniendo las cosas. Una obra de arte. Habian unos 10 puestos, de los cuales se repiten el 90% de las cosas, la mayoria me temo compradas en China. Eso si: tenian caracolas y algunas cosas originales. Les compro varias cositas solo por el espectáculo, por los niños y las mujeres, y por el arte de ponerlas y hacernos esperar. Me encanta este ritmo, todo lo contrario a lo que estoy acostumbrado. Muy educativo para mi.
Antes de que pasara todo esto, me he ido a snorkelear un rato. (Estoy utilizando un recurso literario de cambiar los tiempos, espero que lo sepais apreciar…..). Después de almorzar con papá John, mamá Allie, Tita-superwoman Hellen y mi hermana gemela Debbie, y comentar como hemos dormido y tal y tal, pues decido que tengo 1 hora para hacer el sireno un rato.
Me he ido a mi lugar favorito. Voy saludando a los habituales del arrecife, que si hola nemo, que tal pececillo azul-eléctrico, tu de que vas, calamar chuleta?, etc…lo habitual los últimos dias para un sireno rubio como las candelas.
Contar que el arrecife de coral está a unos 2 metros bajo agua y que acaba en un precipicio en el que no se ve el fondo del mar. Es de un azul profundo que se va oscureciendo hasta no ver el fondo. O sea, yo nadando por el borde del arrecife, a mi derecha los corales y a mi izquierda, el abismo azul. Me da un poco sensación de vértigo mirar a mi izquierda, pero prefiero concentrarme en lo que puedo ver a mi derecha. Decir que justo en el borde del arrecife es donde se puede ver mayor variedad de peces y corales de colores, anémonas, etc.
A los 10 minutos de ir nadando, veo como una sombra delante mio que se mueve de forma inusual (como si el menda fuera un experto buceador). Levanto mi mirada del suelo y veo ese pedazo de tiburón que sale del arrecife y se dirige al abismo. Me quedo petrificado y pienso: “un tiburón”. Me viene a la mente mi superheroina Hellen que tiene muchas ganas de ver uno. Y como siempre vamos juntos, pero hoy no, pienso: mira que pena. Pero esto me pasa muy rápido en la mente ya que todos mis sentidos están centrados en el bicho. Me pareció MUY GRANDE, creo que el doble de mi altura. Hay que decir que este tipo de tiburones del arrecife de coral no suelen atacar a las personas. Pero suelen ser más pequeños que este que yo vi.
Mi mente procesa lo siguiente: "Se va a asustar de mi y se va a esconder en la profundidad del agua. Y luego, todo ufano, le voy a contar a los demás que he visto ¡un tiburón!" Pero la realidad es diferente de lo imaginado. En vez de esconderse en el abismo, como yo habia previsto, empieza a dar una vuelta. Despacio, demasiado despacio. Y desde el abismo, siempre a mi altura, veo que cierra el círculo que estaba dando tan redondito, a unos 20 metros de distancia y se dirige recto hacia mi. Pienso para mis adentros: “Esto no está en el guión”. Cagada pastoret (en catalán, que quiere decir: ‘la he cagado’).
No os voy a contar lo que me pasó por todo mi cuerpo en ese momento. Porque me quedé blanco nuclear. Absolutamente paralizado. Igual que sus amigos los calamares del día anterior parece que el bicho es curioso y también se plantó delante mio. Pero este colega tiene algo más de media ostia. Ostia, me digo para mis adentros. Y me quedo quieto, repito, porque no se me ocurre hacer otra cosa y no creo que fuera conveniente hacer otra cosa. Es como cuando se te cae el papel del WC, que instantáneamente sueltas el rollo para que no se deshaga en su caída si tu lo sigues aguantando. Siempre pienso: que listo es el instinto básico.;-))
Os juro que el tiempo es totalmente relativo y que la eternidad se me puso delante en forma de tiburón durante el transcurso de los metros en los que veía el morro del bicho dirigirse hacia mi. Cada vez más grande. Muy despacio, demasiado despacio. Se queda a unos 5 metros delante de mi y le pude ver claramente los ojos. Parecían ojos de gato. Menos mal que no me sonrió, pienso ahora. Mente en blanco. Paralizado. No se si dejé de respirar y emitir burbujas.
Afortunadamente, a unos 5 metros, gira hacia su derecha y se adentra en el arrecife de coral otra vez. Sigue dando su vuelta a mi alrededor. No dejo de mirarlo con mi escafandra de buzo. Despacio, demasiado despacio. En el mismo punto de donde lo ví por primera vez, en el borde del arrecife dirigiéndose hacia el abismo otra vez, decido que esta es mi oportunidad, que no soy un héroe ni lo voy a ser, y me voy nadando arrecife adentro. Primero despacio, como el que no quiere la cosa y se va disimulando sin hacer mucho ruido para no despertar al monstruo. Pero cuando me alejo un poco, empiezo a nadar a toda ostia. En ese momento si que sentí auténtico miedo. Porque si llego a verlo detrás de mi (nadaba de costado mirando hacia detrás) entonces si que me hubiese entrado el pánico.
Ni que decir tiene que ha sido una experiencia intensa, maravillosa, horrible, increíble, y demás calificativos intensos que se os ocurran. La sensación vivida me recordó al ‘temblorcillo’ que viví en Chile antes del gran terremoto. También me quedé en blanco, sin saber que hacer, sin miedo hasta que me fui debajo del marco de la puerta. Y cuando acabó, y solo entonces, el corazón se me salía literalmente de la boca. Los chilenos ni lo comentaron. Para mi una de las sensaciones más choqueantes de mi vida. Dos semanas más tarde vino el de 8,8 grados y ése si que se comentó.
Estoy contento de la experiencia. Volveré a meterme en arrecifes de coral. Siempre que me aseguren que no pasa nada, porque los tiburones australianos tienen cierta fama de come-hombres. La familia kiwi lo ha bautizado con el nombre de Bruce, como el tiburón vegetariano de Nemo. Hemos hecho muchas bromas sobre el tema. Que si sushi español. Que si tapa española para tiburones. A este no lo he invitado a quedar en el restaurant. Lo único que siento de la experiencia es que Hellen no lo haya visto. Estoy más que seguro que si lo ve, va directa hacia él para darle los buenos dias y decirle que está encantada de conocerle. Y eso si que no lo podría soportar. Yo tan cobarde y ella tan valiente. Así que me quedo con mi papel de héroe solitario de las Fiji. Espero que mis sobrinos a partir de ahora me vean como una especie de Indiana Jones: el hombre que nadó con los tiburones. Tacháááááááán!!!
Adiós al BULA-BULA.
Estoy en el aeropuerto internacional de Nadi, camino de Melbourne. La despedida ha sido muy emotiva con mi nueva familia kiwi. Especialmente emotiva con Debbie ya que estos días nos hemos reído mucho juntos y hemos creado una relación cómplice, sana y muy necesaria para los dos. Seguro que ha llorado, y no poco. Me han cantado una canción de despedida desde la playa mis amigos y el personal del resort. Unas diez personas. Han montado una juerga gitana-fijiana sobre la playa con guitarras, palmas y cantos. Todo muy alegre y con las manos haciendo el adiós BULA-BULA. Y han cantado una canción de despedida en fijiano. Me he emocionado no sabéis como. No me gustan las despedidas, pero esta es una de las más bonitas que me hicieron nunca.
¡Que hermoso es que te digan adiós cantando y llenos de emoción y alegría! Solo ahora, escribiendo estas líneas, me emociono escribiendo esto. Se me cae el moquillo. Parece que soy una persona con sentimientos ligeramente retardados. Durante ese momento, solo sentí profunda alegría y agradecimiento. Por haber encontrado un sitio tan bello, con una gente tan bella. Le vuelvo a dar gracias al destino por este nuevo regalo. Love is all around us, que dice la canción.
Nuevas aventuras me esperan en Australia. Un trozo de mi ser, de mi esencia se queda en mi playa particular de Matamanoa. Espero que Bruce tenga una larga y emocionante vida de asusta-catalanes.
Vinaka Vaka Levu Matamanoa.
Vinaka Vaka Levu new kiwi family.
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Mejor no decir nada. Vaya chute de adrenalina!!
ResponderEliminarEl rey de la selva en su nueva esencia de sireno de dorada melena seduce con su mirada hipnotizadora a Mr. Shark
Aún me río de tu primer pensamiento, "se va asustar de mi y se irá" :)