viernes, 9 de julio de 2010

Adelaide & the oz family

¿Es una casualidad que un Adalid haya llegado hasta Adelaide? La ciudad tomó su nombre de la Reina Adelaida, consorte del Rey Guillermo IV del Reino Unido, y fué fundada en 1836. Otro guiño a Priscilla: reina Adelaida? Tranquilos que mis instintos transvestidos están totalmente apagados y no me voy a convertir ahora en la Reina de Australia. Pero no me digáis que la cosa no tiene su gracia.

La ciudad está llena de grandes parques verdes rodeando toda la ciudad. Iglesias por todos lados. Los muros son de un color terracota precioso debido a lo que llaman Sand Stone, o sea, ladrillo de arena del mar. Tienen la tasa más alta de Australia en asesinatos y suicidios. ¿Tendrá algo que ver la enorme cantidad de represión expandida por las iglesias de las diferentes religiones? No abramos la caja de Pandora de las religiones, pero no dejo de pensar si será otra casualidad. Claro que uno puede ver analogías cuando quiere verlas. Tomaremos nota del asunto y lo desarrollaremos en otro momento.


Como avancé, estoy en casa de Ian, el hermano de Murray. La familia la componen papá Ian diplomado en biología, derecho y no se cuantos másters, mamá Judith directora de un instituto donde acogen también refugiados, Sarah la rebelde socialista, izquierdista e idealista hija de papá, Caty la bella, inteligente e introspectiva jovencita, y Louis el quinceañero encantador, vital, todavía inocente que come todo lo que encuentra por delante. Fiona, la hermana de Judith ha venido unos dias de vacaciones y acaba de completar la familia.

Es una experiencia muy interesante ver como la familia interactúa y se comporta. Empezar diciendo que Ian y Judith son unos santos. Padres modélicos, dialogantes y que invierten tiempo en estar y dialogar con sus hijos. Tuvimos una discusión apasionante acerca de las diferencias entre hombres y mujeres. Se me ocurrió decir que somos diferentes y que si aceptamos que somos mucho más animales de lo que creemos, seriamos más felices. Ian se alinea conmigo y saca unos cuantos libros hablando sobre la diferencia en el ADN entre hombres y mujeres y sus consecuentes diferencias funcionales y de comportamiento.

Y estalló la batalla de los sexos...

Sarah encolerizada y en tono de voz bastante violento suelta una retahila de ideas que mezclaban el sexismo con el racismo, nacismo, catolicismo y cualquier -ismo que ultrajara a la mujer y a ella le conviniera. Judith que se alinea con su hija, pero en un tono conciliador y sereno. Me sorprendió que la hija utilizara un lenguaje violento, fuera de tono, riéndose de los sólidos argumentos del padre. Y éste, en todo momento se mantuvo sereno, conciliador y educado a pesar del tono de la hija. Yo aluciné en colores porque se me ocurre hablar así a mi padre y ni que contar lo que hibiese pasado.

Hay que poner en positivo que los argumentos de Sarah eran cultos, de ideas profundas y argumentadas. Y da gusto ver como alguien jóven tiene cosas que decir más allá del Gran Hermano. Pero el tono en los que lo expresaba hacia que perdiese todo su valor. Me encantó ver como una hija puede defender sus ideas, incluso en tono elevado, sin que la comunicación y los valores esenciales de respetos se perdiesen en ningún momento. Parecia una lucha de generaciones pero en igualdad de condiciones. La teórica ventaja del padre por ser padre y hombre no existía. Y pensé: que bueno... Entiendo porqué Australia es un pais que funciona.

Ian y Judith invierten tiempo en ver películas junto a sus hijos. Se buscan para jugar a cartas hasta altas horas de la noche. Ian y Judith cocinan de forma igualitaria. Se juntan para resolver crucigramas entre ellos, y en voz alta buscan la solución. Asisten a clubs de lectura. En vez de ver la TV y quedarse aplatanados delante de ella. La tia Fiona participa con total naturalidad en este contexto. Al dia siguiente de volver de marcha, el padre le pregunta a la hija: '¿bebiste anoche?' Y ella responde: 'si'. No se mienten. No dejan de hacer la pregunta que tienen en la cabeza y no dejan de dar respuestas sinceras.

¿Alguna diferencia respecto a vuestra/nuestra familia? Respecto a la mia, en cuanto a la relación con mis padres, un abismo. También hay que decir que son otra generación, pero un abismo.

Siguiendo con mi conquista de Australia, les cociné paella y tortilla de patatas. Todavía hoy me recuerdan lo que les gustó. Eso es otra diferencia respecto a nosotros. Cuando cocino para mis amigos, el mejor elogio que recibo es 'está buena'. En cambio, si no está bien, la retahíla de sarcasmos y cachondeo 'forever' no para. Nosotros no somos de reconocer, de decir que buen trabajo que has hecho. Somos más de dar detalles de lo que no nos gusta o del error que el otro comete. Ahí si que somos explícitos. En cambio aquí enfatizan lo que haces bien y minimizan lo que haces mal.

Después de este retrato social (hay paisajes humanos que son mucho más interesantes que los típicos paisajes), os cuento que Adelaida es una ciudad pequeña, cómoda. He visitado varios museos interesantes y una exposición de fotografia de la Australia de los años 50, 60 y 70. Además, en el Art Gallery of South Australia poseen una colección de estatuas de Rodin que para si quisieran muchos museos en Europa.

Con Judith y Fiona hemos ido al zoo de Adelaide a ver los osos panda. Hace tiempo que no iba al zoo y me he acordado de porqué: no me gusta ver animales encerrados. Igualmente he visto esta señal de tráfico que me parece genial. Estoy haciendo colección de fotos de señales de tráfico australianas.

Con Murray hemos ido a visitar unas bodegas de vino estupendas donde hemos degustado de los mejores caldos australianos. Hemos ido a jugar a golf con Ian y Murray. Me lo he pasado bomba!
Hemos comido en sitios estupendos bajo un sol de invierno que beatifica a cualquiera. Sin llegar a los extremos de convertirnos, no sea que se derrumbe otro apóstol.

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