Tras deglutir una estupenda cena basada en barbacoa a la australiana, nos volvemos a levantar temprano. No me cuesta mucho ya que dormir no es lo mío. Vamos a ver el Kings Canyon. Caminata de 7km, subiendo al principio más de 600 escalones. Sin demasiados problemas. Resulta que las rocas del cañón están hechas con arena de las dunas de un antiguo mar que se compactaron hace millones de años y se convirtieron en roca. Por lo tanto, en lo alto de la montaña se pueden ver rastros de corriente de agua y fósiles de … medusas!
En la garganta del cañón hay un precioso valle llamada Eden’s Garden (jardín del edén). Y es verdad que parece que aquí un aborigen y una aborigen estaban paseando la mar de tranquilos, retozando sin que Dios (el cristiano) les incordiara para nada. Ellos creen en la naturaleza y no en un dios todopoderoso y castigador. Aquí os dejo una foto para que podáis apreciar la belleza del lugar. Desafortunadamente hay mogollón de otros turistas que no paran de hacer ruido.
El ejercicio de subir y bajar piedras en el entorno natural tan poderoso hace que no te des cuenta de la paliza que te estás dando. Cada rincón es de foto. No se cuantas he hecho. Pero no me importa. Como viene siendo habotual, me equivoco queriendo captar la belleza del paisaje con mi simple cámara. Pero no puedo evitarlo. Quiero hacer de reportero dicharachero y comunicar lo mejor posible mis aventuras priscileras por el outback.
Paredes de color rosa que dan vértigo y que se unen en forma de Y. En el centro de la Y está el jardín del Edén a una altura considerable. Para que voy a decir nada más….
De aquí nos vamos hacia Alice Springs, la ciudad más grande del centro rojo de Australia. Para qué vamos a ir por la carretera principal, toda asfaltada ella, si Philip prefiere conducir por caminos de pistas a través del territorio sagrado de los aborigen. Necesitamos un permiso especial para pasar por las tierras prohibidas. El camino es magnífico. Y en medio de una paisaje estupendo, se me ocurre hacer la Priscilla performance: le ponemos al coche una tela púrpura que he comprado en Adelaide y grabo el recorrido de nuestro coche por el centro de la Australia roja. Nos lo pasamos bomba con la performance. Tengo grabado el momento. Nos partimos de la risa. Aqui el momentazo...
No vemos ni un canguro, pero si vemos caballos salvajes, burros salvajes y vacas. Imagino que no salvajes. Paramos en un pueblo fundado por unos alemanes llamado Hermmansburg. Se pude ver en la iglesia inscripciones en alemán. Y fotos de cómo los colonos semiexclavizaban a los aborígenes.
Los aborígenes no se han adaptado a la vida de los blancos. Vagan por las calles de las ciudades borrachos o drogados. La mayoría viven apartados de los blancos, en reservas para aborígenes donde rigen leyes diferentes de la Australia blanca. El problema del alcohol y drogas es tan grande que el gobierno ha desarrollado una gasolina llamada Opal que no contiene sustancias que hacen que los niños y adultos se coloquen. También está prohibida la venta y el consumo de alcohol en las comunidades aborígenes. En Alice Spring, si compras una botella de vino tienes que dar tus datos, donde la vas a consumir y está limitado a dos botellas por persona y día. La verdad es un problema de difícil resolución. Entraré en detalle más adelante sobre este tema.
Llegamos al pueblos de Katherine donde visitamos una garganta Katherine Gorge. Paredes verticales y en medio agua. No tiene nada que ver con la visita a la boca de ninguna chica, en este caso. Vamos en barco y caminamos un poco. Desayunamos en el barco. Parecía un ‘tour’ para el Inserso. Somos los más jóvenes del barco.
Nos miramos y decimos los tres a la vez: maravilloso-maravilloso.
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Adalid Dundee. No puc deixar de llegir; això cada vegada va a millor...
ResponderEliminarAbraçades
Jordi.-